¿Cómo te llamas, a qué te dedicas?

María Alonso. Realmente yo soy contable, pero dedico todas mis horas muertas a

hacer tocados y complementos.

 

¿Qué relación tienes con Marga?

Es mi tía por parte de madre.

 

¿Te gustan sus trabajos?

Mucho.

 

¿Cuáles son los que más te gustan?

El repostero de los peces, lleno de pedrería, de brillos. Cuando tenga dinero se lo

compraré, lo tengo clarísimo. Eso tiene que dar una luz y una vida…

 

¿Tienes alguna obra de Marga en casa?

Sí. Tengo a mi hija, la mayor, Ana, con unas cerezas en repostero, y dos

reposteros con dos árboles medievales que me regaló cuando em casé. También

tengo dos retratos de mi hijo Guillermo a lápiz enmarcados. Muy chulos.

 

¿Haces algo de arte?

Los tocados. Empecé cuando tenía la friolera de 18 años. Toda la vida me he criado entre bordados y costuras, más por la hermana de mi padre, que se dedicaba a hacer cosas de estas para una señora que hacía tocados. Un verano, a través de una amiga mía, empecé a hacer cosas de estas para esta mujer y me dediqué un verano entero a diseñar tocados para grandes firmas, como Pronovias… Recuerdo un tocado que se llamaba Olivia, recuerdo que vendimos muchos, de flores y alambres. Después de aprender a coser, a hacer flores y tocados, todo lo que es el entramado en sí, empecé a diseñar. Yo seguí mi vida, eso fue solo un verano. La gente se enteró y me iba encargando cosas. Nunca me he dedicado realmente a esto, y cuando Blanca, mi hermana, se casó, se nos ocurrió la idea de promocionarlo, hacer cosas, y a lo tonto ha empezado a ser un gran proyecto a largo plazo, que va my bien. Cada día me salen mejor las cosas.

 

¿Cómo ves a Marga?

La percepción de Marga no es la misma que la vuestra. Marga me tenía sentada a la mesa y hasta que no me acababa la comida no me dejaba levatarme. Era cmo una madre para mí, una persona muy coherente.

Empecé a verla hacer cosas cuando empezó a dedicarse a esto de verdad. Hizo un retrato. Hacía collages con telas y cosas muy sencillas y sí, he visto el proceso de empezar a hacer estas obras de arte. Fue una lección de vida; yo la recuerdo en Pamplona trabajando y con los críos del hospital… Es una persona distinta, dedicada a los demás siempre. Recuerdo cuando se iba y volvía de las misiones. Siempre dedicada a los demás, eso es así. Y muy, muy coherente con su vida, pensamientos y con todo.

 

¿Hay vena artística en la familia?

Está muy claro. Todos tienen algo aquí, ¡todos! En su faceta, cada uno… Cris con la cocina es creativa para todo, diseño, todo… Tacho inventa cosas. Patricia hace piñatas. Martín dibuja. Marta los pañuelos… ¡Mi madre hace de todo! Alicia es la mujer de las ideas. Jan pinta… De las pequeñas, no hay ninguna que dibuje mal. Es impresionante. A mí me dijo la profesora de mi hija Ana, la mayor, que los niños empezaban a escribir con el hombro y luego con el codo. Y las mías siempre han utilizado el codo. Y lo hacen genial.

 

¿Por qué la obra de Marga es tan única?

Todo los reposteros son únicos y especiales. Muy cuidados y elaborados, ahora las cosas no se hacen así. No tiene nada que ver. Como no se hacen así no son rentables. Esto es como los tocados, todos elaborados de tal forma que no son rentables. Si tuvieras que cobrar el tiempo que inviertes no habría nadie que lo pagase… Algo en lo que inviertes horas y horas y horas para que perdure… nada, hoy no está nada valorado esto. Y eso se ve. La calidad y determinación se ven.